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martes, 3 de septiembre de 2013

Sembremos el Cielo en la Tierra





“Los árboles son estrellas de la tierra;
cada árbol que se tala 
es una estrella que se apaga en el cielo”





Al centro del universo y en el rumbo del oriente, vivía el guardián de ese lado del cosmos. Cansado después de haber pasado siglos observando planetas aparecer y explotar convertidos en partículas diminutas, se quedó dormido. Cuando al fin despertó, observó que habían cambiado las tonalidades de aquella lejana esfera iluminada por unos de los soles.

Surgía de entre el claroscuro, vistiendo nebulosas en todos los tonos imaginables de azul. Asombrado, el guardián se acercó hasta descubrir enormes seres vestidos, en su mayoría, de color esmeralda. “Son los Hermanos de Pie, los árboles. Fueron creados para cuidar de la Madre Tierra, la de los cientos de nombres: Gaia, Pachamama, Coatlicue, Tonantzin, Terra, Danu, Geb, Mapu, Iriria, Umani, Nuke, Mahimata, le dijo el guardián del rumbo del sur. Por cada árbol nace una estrella y con cada estrella se deposita un árbol en la Tierra, así se mantiene el balance en el universo”.
Al centro del universo y en el rumbo del oriente, vivía el guardián de ese lado del cosmos. Cansado después de haber pasado siglos observando planetas aparecer y explotar convertidos en partículas diminutas, se quedó dormido. Cuando al fin despertó, observó que habían cambiado las tonalidades de aquella lejana esfera iluminada por unos de los soles.
Surgía de entre el claroscuro, vistiendo nebulosas en todos los tonos imaginables de azul. Asombrado, el guardián se acercó hasta descubrir enormes seres vestidos, en su mayoría, de color esmeralda. “Son los Hermanos de Pie, los árboles. Fueron creados para cuidar de la Madre Tierra, la de los cientos de nombres: Gaia, Pachamama, Coatlicue, Tonantzin, Terra, Danu, Geb, Mapu, Iriria, Umani, Nuke, Mahimata, le dijo el guardián del rumbo del sur. Por cada árbol nace una estrella y con cada estrella se deposita un árbol en la Tierra, así se mantiene el balance en el universo”.

El guardián del oriente acercó su mano de viento y los movió. Dejó caer lluvia y los bañó. Jugó con ellos hasta hacerlos reír. Pronto, las risas llegaron al que está cerca, al lado y alrededor de las cosas: el Tloque Nahuaque, también llamado: Moyocoyani, (aquel que se creó a sí mismo).  Al escuchar a los Hermanos de Pie reír, el Tloque Nahuaque, dueño de las cinco edades del mundo y cinco soles, decidió que ya era tiempo de sembrar a los hombres.  



(Fragmento de: “Raíces de fuego” de María Eugenia Bear Sanz)



El día 24 de agosto recibimos en El Despertar a Colibrí, a Alejandrina Pedro Castaneda, abuelas del Consejo de Sabiduría Ancestral y a Héctor Sansón, integrante del mismo. Un día de viento suave y templado listo para recibir a los primeros cinco árboles que serían plantados por Mafer Gutiérrez y los niños Raymundo y Santiago Zárate; Andrea y Armando Jiménez.



El primer árbol frutal fue bautizado con el nombre de Pakal. Lo consideramos significativo puesto que sin saberlo, el pequeño Santi estableció un vínculo invisible con el mundo maya. Cuidaré del árbol con especial cariño, por llevar el nombre de tan excepcional y enigmático rey del pasado, y por ser el primero de los 5 millones de árboles que pretendemos plantar en México, más los que se logren plantar en el resto del mundo.
El Consejo de Sabiduría Ancestral pretende “Sembrar el Cielo en la Tierra”. 
Nuestro Encino
El Árbol sagrado de El Despertar
“Invitamos a todas las Asociaciones Civiles, Organizaciones Sociales, comunidades originarias-indígenas, Colectivos, Ambientalistas, Guardabosques, Guardianes de Tradición, Kalpulis, Ecologistas, etc., a formar parte de esta Gran Misión de convocar a todo ser humano del Planeta a plantar árboles, generando una actitud responsable permanentemente hacia nuestros “hermanos de Pie”,  los árboles.
Ésta invitación surge como una urgencia al escuchar la voz de Nuestra Madre la Tierra, quien padece las consecuencias de nuestras acciones inconscientes, generando un grave desequilibrio ecológico, entre ellos el sobrecalentamiento global.
Anualmente se pierde 120,000 km2 de bosques templados y húmedos y una especie por día.  Los gases de efecto invernadero, ya no pueden ser absorbidos por los mecanismos que naturalmente mantenían en equilibrio la composición química de la atmosfera antes de la Revolución Industrial del Siglo XVIII. Más de 3,500 millones de toneladas anuales se acumulan en la atmósfera, mientras que a diario se siguen talando miles de árboles. El Reino Vegetal, es el generador de oxígeno, a través de la fotosíntesis  es como absorben el CO2, convirtiendo en carbohidratos y regenerando  el oxígeno.
Recientemente “en algunos lugares de la Tierra se rompió hace días la barrera de las 400 ppm (partes por millón) de CO2, lo que puede conducir a desastres socio-ambientales de gran magnitud. Si no hacemos nada consistente, podremos conocer días tenebrosos. No es que no se pueda hacer nada más. Si no podemos detener la rueda, podemos sin embargo reducir su velocidad. Podemos y debemos adaptarnos a los cambios y organizarnos para mitigar los efectos perjudiciales. Ahora se trata de vivir con radicalidad las cuatro erres: reducir, reutilizar, reciclar y reabastecer.”


De no estar a tiempo de revertir el daño que le hemos causado a la Tierra, al menos hagamos un gran intento mundial para que siga acrecentándose. Todos necesitamos de ella, necesitamos de su vida para que la nuestra perdure.
Los árboles han sido reconocidos en todas las culturas, por ejemplo en las Islas Tonga, al sur del océano Pacífico, se dice que los hombres son brotes nuevos del "Árbol del Mundo", mientras que en las Islas de Almirante y en las de Banks existe la creencia de que el hombre fue creado tallándolo en el tronco de un árbol. Los Egipcios representaban a la diosa de la tierra emergiendo de un árbol del que forma parte, ofreciendo su pecho como fuente de visa.


[1] www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=565 Ética a partir del calentamiento global. 2013-05-26


La Kábala judía representa las emanaciones de la Divinidad en un árbol: las Sephirot.
Los Bosques fueron lugares sagrados para los pueblos Iberos. Sus Santuarios estaban en medio de arboledas, cerca de una cueva y bañados por un manantial. Ese culto a los árboles sigue perviviendo entre nosotros, como en Galicia donde se sigue plantando un roble en las Iglesias.
El árbol es un símbolo de todo el cosmos, no sólo en sentido físico, sino también moral




El Roble, árbol sagrado de los Druidas Celtas, es el símbolo de la fortaleza y es un árbol protector . El cedro fue venerado por los antiguos cristianos de Líbano. Los Judíos y Musulmanes también lo veneran pero cada uno de ellos por razones distintas. la Madera de una variedad de Acacia del desierto de Egipto fue utilizada según la Biblia para construir los objetos más sagrados y secretos, El tabernáculo y el Arca de la Alianza (Poderosa arma de Guerra). Para los Budistas el BO es un árbol sagrado ya que Gautama Buddha meditaba sentado bajo sus ramas cuando descubrió el nirvana, y el árbol Bayan es adorado por los Hindúes que creen que Brahma se transformó en él. En la antigua Roma, durante la primavera, un pino que simbolizaba a ATTIS, la diosa Cibeles, del amor y de la fertilidad (NACIDA DE UN ALMENDRO) era llevado hasta su templo, en el monte palatino.
En la cultura mesoamericana la integración a la vegetación y a los árboles sobrepasaba el nivel de subsistencia. Estos últimos configuraron incluso el ordenamiento mítico en su dimensión vertical. Fueron utilizadas más de 700 especies y de ellas el mundo entero se ha beneficiado. Gracias a este acercamiento con sus árboles y plantas el mundo mesoamericano logró desarrollarse y florecer.
Los árboles no solo fueron venerados sino que sus beneficios y utilización no se limitaba a la producción de madera, o sombra sino que encontraron centenares de servicios como alimentarios, medicinales, tinturas, deportivas además de sus beneficios ambientales.



La Ceiba es el más conocido por su carácter sagrado, pero también lo fue el árbol ramón, de madera dura y utilizado tradicionalmente en Yucatán para la construcción, pero su fruto y su semilla son comestibles y en muchas ocasiones salvó las necesidades alimentarias de una población numerosa, el Tacu o Algarrobo, árbol sagrado principal fuente de alimento del pueblo Nación Camichinhom. Los frutales proporcionaron sustento valioso como son el aguacate, el zapote, el mango, el ciruela, el chicle y el cacao entre los más conocidos. El dinero, más bien la riqueza literalmente crecía en los árboles.



Una leyenda popular dice que los árboles son las estrellas, por lo tanto cada árbol que nace es una estrella iluminada en el cielo, y cada árbol que se tala es una estrella que se apaga en el cielo.
Por ello sembremos los cielos en la Tierra, iluminemos los bosques con estrellas para que esta hermoso Planeta siempre esté iluminado.
En conjunto apoyaremos a los hermanos de Barkina Faso de África, quienes con la venta de collares artesanales nativos, compran árboles de mangos, para que al crecer brinden alimento, sustento debido a que se genera intercambio de otros alimentos y sombra.




La propuesta es la auto-organización, autogestión en familias, en comunidades, en grupos en estados para reforestar todas las zonas que requieran enriquecerse de estas maravillosos seres que nos brindan oxígeno, humedad, agua, alimento, sombra, evitan la erosión de la Tierra, nos proporcionan papel, servilletas, madera para puertas, mesas, pisos, casas, etc… por ello tenemos la urgencia de ser recíprocos con ellos y apoyar al equilibrio climático.




El Árbol Sagrado en El Despertar
en San Miguel Contla, Puebla
Un encino de más de setenta años de edad

Quienes se suman a este proyecto son:  Fundación Tlaltekutli A.C.”, “Consejo de Sabiduría Universal Ancestral”, “Artesanías Africanas”, “Comunidad Indígena Tacu Kuntur” de San Marcos Sierra, Argentina. Kalpulli Kalmekayotl, Defensores de la Tierra de Madruga el Siervo, Casa Hogar Paraíso Infantil A.C.,  Es Por Todos A.C., “El Despertar. Bosque de águilas”, Centro Cultural Tlaixpan, Tecamachalco, Puebla. Te invitamos que sumes tu asociación en la que perteneces y seas parte responsable de esta convocatoria que generará un llamado a nivel mundial, por ello también requerimos el apoyo para traducir esta invitación en todos los idiomas.
De acuerdo a la leyenda popular, “sembremos el cielo en la Tierra”, se elaborará una aplicación para ser descargada en ipod, ipad, o cualquier computadora, para ir localizando, eligiendo y documentando el número de árboles plantados de acuerdo al mapa estelar.
En Bosque de Águilas implementaremos el primer “Banco de Árboles” y nos sentimos honrados por la oportunidad.

Es tiempo de Agradecer a la Tierra todo el sustento que ella nos proporciona y honrar la vida de los seres que nos permiten la vida.
                                                                                    Ometeótl